En la clase de Historia de segundo de secundaria, se verá el tema: “Cuicuilco” a través del cual conocerás los principales rasgos del periodo preclásico de Mesoamérica, así como algunos de sus centros regionales y su importancia en el posterior desarrollo de las culturas mesoamericanas.
Estudiarás a una de las civilizaciones que fueron cimiento para el desarrollo de las grandes culturas mesoamericanas, profundizarás en la Cultura Cuicuilca, como ejemplo del desarrollo del preclásico en la Cuenca de México.
Asimismo, identificarás los aportes que esta civilización dio al desarrollo de las grandes culturas que actualmente conocemos todos y han dejado una clara huella en muchas de nuestras actividades cotidianas.
Para ir entendiendo un poco más sobre Cuicuilco, lee el siguiente fragmento de la revista Arqueología Mexicana en su número 151 “Cuicuilco: Estudios Recientes y Nuevos Datos”, de los autores Mónica Moguel Bernal y Denia Sandoval González.
Cuicuilco y sus peculiaridades
Las diversas investigaciones en Cuicuilco han aportado evidencias sobre el desarrollo del sitio desde su fundación hasta su abandono, como consecuencia de la erupción del volcán Xitle, hacia 250 d.C.
Los inicios
Hace 2 800 años un grupo de personas se asentó en una elevación de tierras fértiles en el suroeste de la Cuenca de México; esas tierras estaban delimitadas por los escurrimientos hídricos de la sierra Chichinautzin. Las condiciones bióticas hacían del lugar un enclave con gran potencial agrícola y su cercanía a la ribera del lago de Xochimilco y el bosque del Ajusco les permitía tener acceso a las bondades de tales nichos ecológicos, lo que explica la elección del lugar en que se erigió Cuicuilco.
Los primeros pobladores probablemente ocuparon el espacio donde actualmente se observan los edificios de Cuicuilco A y B, y construyeron inicialmente una aldea con pocas viviendas (entre 800 y 700 a.C.).
Segundo momento, 700-400 a.C.
Con el tiempo, el trabajo de los habitantes y los beneficios del medio que los rodeaba, el asentamiento fue creciendo; los espacios de uso habitacional probablemente alcanzaron la zona de Corregidora y La Ladrillera, en las laderas bajas de la serranía del Ajusco, donde se observan restos de unidades habitacionales construidas con piedra y materiales perecederos. Seguramente se emplearon para la construcción materiales como basalto, madera, bajareque, carrizos, petates y tules, en tanto que las paredes fueron recubiertas con barro.
El crecimiento demográfico se vio favorecido por la agricultura y la abundancia de recursos bióticos; se ha encontrado evidencia de que en la dieta se utilizaron, además de maíz, frijol, chile y calabaza, vegetales como epazote, huauzontle, tomate y verdolaga; la proteína provenía principalmente de venado, perro, berrendo, guajolote y quizás también se consumieron aves y anfibios de la región lacustre.
Es probable que en ese momento se eligiera la zona que funcionaría como área ceremonial, tanto en Cuicuilco A como en B. En esta última se establecieron las áreas habitacionales de los grupos de la elite. Una de las estructuras más relevantes en el mismo sitio fue la primera subestructura del edificio Heizer: una plataforma de tierra apisonada, de no más de seis metros de altura, en cuya cima se construyeron viviendas, que al estar en un nivel más elevado indicaban su jerarquía. El hallazgo de alineamientos o arranques de muros nos da cuenta de ello.
Una de las primeras construcciones monumentales de la Cuenca de México, el Gran Basamento, tuvo desde sus inicios una planta circular y paramentos con una inclinación cercana a los 45 grados, lo que configuró un edificio en forma de cono truncado, cuya rampa de acceso se encontraba al oriente y con una pendiente cercana a los 15 grados. Es probable que esta forma responda al intento de reproducir alguna elevación del paisaje y a su sencillez constructiva.
Tenemos como evidencia arqueológica de ese primer momento la columna de andesita descubierta al sur del Gran Basamento, conocida como “la Estela” (probablemente un gnomon). Este monolito, a nuestro parecer, estuvo frente a una primera construcción de tierra compactada previa a lo que hoy es el Gran Basamento, y ambos estuvieron en uso hasta que fueron cubiertos con un relleno de arenas y arcillas apisonadas para formar una plataforma de mayores dimensiones. Esta plataforma alcanzó al menos cuatro metros de altura en las zonas sur y oriente, y sobre ella se continuó agrandando el edificio.
La técnica constructiva consistía en realizar un anillo perimetral de planta circular con grandes bloques de basalto; el centro de este muro circundante fue rellenado con arenas y arcillas compactadas; las rampas que tuvo el edificio en diferentes momentos fueron construidas mediante el mismo sistema, aunque no contamos con evidencia de que esta técnica se empleara en la primera etapa del edificio.
El edificio alcanzó 12 m de altura y tenía un diámetro en la base, cercano a los 60 m. La rampa en ese tiempo era bastante amplia y de fácil acceso, mientras que en la cima del edificio se construyó un altar con arenas y arcillas compactadas de color amarillo. La cima del edificio y el altar fueron recubiertos en dos ocasiones durante ese periodo, los altares que correspondían a tales ampliaciones eran de arenas y arcillas apisonadas y se pintaron empleando un pigmento rojo, probablemente con cinabrio.
En la vida cotidiana se usaron ollas y tecomates para contener y almacenar alimentos y líquidos; cazuelas y cajetes para la cocción de alimentos, además de platos como vajilla de servicio. Estas vajillas en general estaban decoradas y pintadas de colores rojo, bayo, negro, blanco y combinaciones de ellos; además, se emplearon otras técnicas decorativas como la incisión y el esgrafiado, por citar algunas. El hallazgo de materiales cerámicos foráneos, tal vez provenientes de las regiones de Occidente, Morelos y Guerrero, dan cuenta de importantes flujos culturales. Las figurillas nos ayudan a entender aspectos de la vida cotidiana del asentamiento, así como de la imagen corporal y del ajuar, y denotan, además, un importante culto a la fertilidad.
Respecto a los objetos de piedra, las materias primas utilizadas fueron: basalto, obsidiana y en menor cantidad el sílex; artefactos como las manos de metate y metates, también recuperados en contextos arqueológicos, fueron usados en la molienda (tanto de alimentos como de pigmentos); las hachas, los cuchillos y las navajillas prismáticas sirvieron como herramientas cortantes; las puntas de flecha se empleaban en la cacería. La elaboración de estas herramientas se hacía principalmente por medio de percusión, presión, abrasión y pulido, utilizando para ello rocas, huesos, astas de venado, pieles y arenas.
Cuicuilco y sus peculiaridades,
Arqueología Mexicana, núm. 151, pp. 34-39,
Mónica Moguel Bernal y Denia Sandoval González.
Con la lectura anterior, puedes dimensionar el desarrollo y las características de la cultura Cuicuilca, donde se aprecian los momentos claves del desarrollo de la civilización y los aportes que generó.
Ahora, observa el siguiente un video con datos relevantes sobre esta cultura.
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Zona arqueológica de Cuicuilco.
Datos importantes de Cuicuilco:
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La cultura Cuicuilca es considerada el antecedente del desarrollo de las altas culturas en Mesoamérica. Aparece por primera vez la arquitectura de piedra a gran escala, integrándose en un asentamiento de extensas dimensiones.
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La ocupación más temprana se estima entre los años 1.200 hacia el año 800 antes de nuestra era, aproximadamente, hacia esa época comenzaron a surgir las aldeas, que fueron evolucionando para dar lugar a un centro urbano.
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Su ubicación era estratégica, tanto por la proximidad de los recursos lacustres y de los bosques, como por estar en la ruta hacia el Valle de Toluca.
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El desarrollo de la agricultura, aprovechando las ricas tierras cercanas a los volcanes, con importantes cosechas de calabaza y maíz -entre otros-, les permitió el control económico del sur de la Cuenca de México.
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En Cuicuilco se desarrolló una arquitectura compleja, diversa y planificada; y probablemente se dieron los primeros pasos en la creación de un calendario basado en la observación de los movimientos del sol.
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Fue en Cuicuilco donde aparece una de las primeras representaciones de Huehuetéotl (dios viejo del fuego), el cual era representado como un anciano jorobado que llevaba un brasero para el fuego sobre la espalda. En este lugar se han encontrado entierros radiales, es decir, el frente del basamento circular con ofrendas de objetos personales y alimentos.
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La escultura encontrada en el sitio es una de las representaciones más antiguas que se conocen de este dios anciano, encorvado y sedente que lleva un enorme brasero sobre la cabeza.
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Cuicuilco es una de las zonas arqueológicas más importantes para explicar la aparición y desarrollo de las altas culturas en Mesoamérica. En este sitio aparece por primera vez la arquitectura de piedra a gran escala, integrándose en un asentamiento de extensas dimensiones. En su momento de auge (300-150 N.E), Cuicuilco contaba con una población cercana a los 20 000 habitantes, siendo el primer centro integrador de la Cuenca de México.
En tu cuaderno, elabora una lista sobre cuáles son las principales características de la cultura Cuicuilca.
Ahora, conoce la zona arqueológica de Cuicuilco, a través del siguiente video.
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Zona Arqueológica de Cuicuilco / Turismo Cultural.
Influencia de la cultura Cuicuilca
La influencia que generó la cultura Cuicuilca en las posteriores culturas de Mesoamérica es de gran relevancia, con ellos da inicio el desarrollo de la arquitectura y la importancia que tomará para la construcción de los centros ceremoniales, el hecho de que las civilizaciones comenzaran a asentarse cerca de ríos para desarrollar la agricultura y la importancia que tuvieron algunos dioses son sólo algunos datos esenciales para comprender la relevancia de esta civilización.
Organización social de la cultura Cuicuilca
Aspectos sociales
Cuicuilco tuvo una sociedad avanzada y jerarquizada en campesinos, artesanos, sacerdotes y gobernantes.
Con una clara división de clases sociales en clases privilegiadas y no privilegiadas; muestra de ello se percibe en la zona conocida como Heizer, donde se establecieron las áreas habitacionales de los grupos de la elite. Una de las estructuras más relevantes en el mismo sitio fue la primera subestructura del edificio Heizer: una plataforma de tierra apisonada, de no más de seis metros de altura, en cuya cima se construyeron viviendas, que al estar en un nivel más elevado indicaban su jerarquía. El hallazgo de alineamientos o arranques de muros da cuenta de ello.
Aspectos económicos
Las principales actividades de la cultura Cuicuilca fueron: la agricultura, con la siembra del chile, calabaza, chícharo y maíz; la cacería, la pesca y la recolección.
Aspectos políticos
Se hace referencia a la existencia de las Altépetls, que eran entidades políticas independientes, con su propio gobernante –llamado tlatoani en náhuatl-, su capital y su propio territorio.
Por su tamaño, los altépetl eran como ciudades-estado, es decir, controlaban un territorio no muy grande, alrededor de uno o más centros de población. Cada altépetl era como un país independiente, pues no sólo tenía su propio gobierno, sino también su propia identidad cultural y étnica que lo distinguía de sus vecinos.
Tenían también su propia historia, que contaba la manera en que fue fundada y la manera en que mantuvo su independencia.
Cada altépetl tenía, además, su dios patrono, es decir, una deidad que lo protegía y que lo representaba, como hacen los santos patronos de los pueblos en la actualidad. Para los cuicuilcas era el dios Huehuetéotl.
Por estas razones, el gobernante de cada altépetl velaba antes que nada por su propio poder y por el bienestar de su pueblo, sin preocuparse por el destino de los otros altépetl.
Aspectos culturales
Se reconocen sus altos conocimientos en la astronomía y la arquitectura, debido a que fue la primera gran ciudad ubicada en el Altiplano Central Mesoamericano.
La escultura y la representación del dios Huehuetéotl, la arquitectura y su edificación de pirámides en forma circular, como el Gran Basamento, son emblemáticos de sus manifestaciones culturales.
Y lo es también el juego de pelota, que formó parte de los complicados rituales que tiñeron la vida religiosa de los pueblos prehispánicos. Trascendió a un plano casi mítico, en el que el juego mismo era la representación teatral de una gran guerra cósmica entre los poderes nocturnos y diurnos, inmersa en la concepción dual prehispánica de la lucha de los contrarios, los opuestos.
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