La historia de México en especial la gesta de la Independencia es un orgullo para todos los mexicanos.
Los nombres de esos héroes que defendieron con orgullo a nuestro país, están grabados en la memoria de cada uno de nosotros, aunque también en los diversos congresos tanto federal como estatales.
Existe una curiosa historia de la primera estatua del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, el cual tiene relación con el Estado de México
Pues bien, la primera estatua del personaje que se levantó en armas ese 16 de septiembre se realizó en el municipio de Tenancingo.
En el municipio mexiquense se construyó la que es considerada la primera escultura del cura Miguel Hidalgo.
Destaca documentos oficiales de 1851, cuarenta años de fusilamiento de Miguel Hidalgo, el gobernador del Estado de México, Mariano Riva Palacio, decidió encomendarle a Epigmenio de la Piedra, párroco de Tenancingo, la elaboración de una escultura del Padre de la Patria, la cual sería colocada en el Monte de las Cruces para conmemorar la batalla librada en aquel sitio.
El proyecto elaborado por de la Piedra incluyó el bosquejo basado en el dibujo de José María Monroy, no obstante, el escultor modificaría significativamente esta imagen con su trabajo.
Además se comprometió horrar costos en la elaboración de esta obra y en el presupuesto enviado al gobernador el 17 de febrero de 1850, el monto total de la obra sería de tres mil 800 pesos.
La talla del monumento ascendería a dos mil 200 pesos mientras que la conducción y colocación de la estatua se gastarían otros mil pesos.
Las únicas especificaciones que hizo el gobernador a este presupuesto fue que la estatua debería ser hecha en mármol, de una sola pieza y mediría tres varas de alto.
Las narraciones de aquellos años destacan que fue complejo el traslado de la estatua de mármol desde las canteras de San Gaspar, en Zumpahuacán, hasta Tenancingo.
Con un numeroso grupo de hombres y varias carretas tiradas por yuntas, el mármol atravesó, a lo largo de tres interminables días, estrechas veredas, pendientes y bajadas pronunciadas y un caudaloso rio.
Mientras esto sucedía los pobladores de Tenancingo esperaban ansiosos la llegada de la imagen; tras su triunfal arribo este fue bendecido y festejado con una misa.
La obra fue realizada por el escultor Joaquín Solache, originario de Tenancingo quien tardo dos años en concluir la primera escultura en mármol del padre de la patria en nuestro país.
La historia no termina aquí
El monumento a Hidalgo no fue colocado en el Monte de las Cruces como se planeó en un inicio, sino que fue conducido a Toluca y ubicado en el jardín de los Mártires en 1851.
Tiempo después fue trasladado a la estación del tren donde recibía a los viajeros que arribaban a la capital del estado.
En 1900 las autoridades municipales de Tenancingo consiguieron traerla a su lugar de origen donde se encuentra actualmente.