Eran años de que la Revolución Mexicana estaba en su mayor apogeo en la Ciudad de México y la delincuencia hacía de las suyas.
A pesar de que había soldados y personas armadas para atacar a sus oponentes, los ladrones no se daban abasto debido a que no existe una seguridad como tal.
Tal como lo cuenta WikiMéxico existió una banda que se puso de moda por así decirlo, ya que en aquellos cometer un robo con un automóvil era una novedad.
Estos sujetos utilizaban uniformes de la policía militar, se presentaban con órdenes de cateo falsas e ingresaban a domicilios y comercios que rápidamente saqueaban.
Con el botín en sus manos se subían a su vehículo y huían a toda prisa perdiéndose en alguno de los barrios pobres de la Ciudad de México.
Era el año de 1915 cuando la gente comenzó a llamarla “la banda del automóvil gris”.
Durante algunos meses la banda fue dirigida por Higinio Granda, quien sembró el terror en la Ciudad de México, ya que pusieron de moda el secuestro.
La gente sospechaba que algunos generales carrancistas estaban involucrados con el crimen organizado y es que tenían razón en acusar debido que cuando entraron a la capital por primera vez, los constitucionalistas saquearon casas y comercios, los cuales fueron conocidos como “carranclanes” o “consusuñaslistas”.
Los robos que cometían “La banda del automóvil gris” se volvieron un escándalo.
Ante esta situación, Emiliano Zapata le escribió a Venustiano Carranza en 1916 donde acusaba a sus hombres.
“Esa soldadesca… lleva su audacia hasta constituir temibles bandas de malhechores que allanan las ricas moradas y organizan la industria del robo a la alta escuela, como lo ha hecho ya la célebre mafia del automóvil gris, cuyas feroces hazañas permanecen impunes hasta la fecha, por ser directores y principales cómplices personas allegadas a usted o de prominente posición en el ejército”, señala WikiMéxico.
Cuando la opinión pública ejercía mayor presión sobre Pablo González, gobernador del Distrito Federal, la policía capturó de inmediato a la temible banda, y aunque el jefe, Higinio Granda logró escapar, algunos de sus miembros fueron fusilados mientras que otros fueron perdonados por el propio mandatario.