Una de las historias que se cuenta en el Estado de México, es que un ser maligno tuvo contacto con un arzobispo, quien ese entonces dirigía una diócesis mexiquenses.
Carlos Garfias Merlos, estuvo al frente de la diócesis de Nezahualcóyotl y es el personaje que tuvo esa oscura experiencia.
En 2008, Monseñor Garfias se encontraba en su labor eclesiástica cuando se realizó un congreso de exorcistas en el municipio de Cuautitlán Izcalli.
Ese día, el obispo indicó que ofrecería sus servicios de exorcista a quien lo requiriera.
En la vísperas de aquel congreso, el coordinador general de Exorcistas, el sacerdote Pedro Pantoja señaló que la falta de fe provoca que los fieles se entreguen sin reserva a prácticas de ocultismo y brujería y “eso le abre las puertas al diablo”.
Añadió que algunas enfermedades mentales suelen confundirse con posesiones demoniacas, por lo que se busca implantar criterios para evitar que los sacerdotes caigan en exageraciones.
