Uno de los personajes más oscuros de los ultimos años era Daniel Arizmendi López mejor conocido como “El Mochaorejas”.
Dicho personaje nació el 22 de julio de 1958 en el municipio de Nezahualcóyotl dentro del seño de una familia humilde. De joven trabajó en la fábrica de su padre haciendo bufandas y chambritas de lana, sin embargo no le alcanzaba lo que ganaba, así que tras varias recomendaciones llegó a la policía estatal.
Así empezó a nacer lo que sería un delincuente, debido a que conoció a un sujeto que el enseño su modus operandi robando auto, sin embargo un familiar le contó la forma de ganar dinero rápido, secuestrando.
En ese entonces, Arizmendi López, ya no pertenecía a la policía estatal, debido a un recorte del personal, así que no lo pensó mucho para dedicrase a este oscuro delito.
El sitio web Cultura Colectiva señala que así comenzó unas de las carreras delictivas más crueles que se tiene memoria en México.
El primer secuestro lo hizo el 11 de junio de 1995 a Martín Gómez, por quien pidieron un millón de pesos pero la familia negoció pagar 350 mil.
La primera mutilación que efectúo fue el siete de diciembre de 1995 a Leobardo Pineda, dueño de unas bodegas de Ixtapaluca. El motivo es que la familia no pagaba el dinero acordado.
Después de dos meses, “El Mochaorejas” tomó unas tijeras y le cortó una para dejarla afuera de la casa de Leobardo Pineda como un recado a la esposa del secuestrado.
Así pasaron tres años hasta el 17 de agosto de 1998, elementos del aquel entonces policia judicial del Estado de México detuvieron a Daniel Arizmendi López en Naucalpan.
Durante su captura se le aseguraron 30 millones de pesos, 600 centenarios y más de 500 mil dólares americanos.
En una nota de El Universal señala que Arizmendi, fue sentenciado el 22 de agosto de 2003 por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro, delincuencia organizada, posesión de armas de fuego y homicidio, a pasar 393 años en prisión, pero según las leyes mexicanas, la pena máxima que una persona puede estar en una cárcel son 50 años.