Una de las palabras más buscadas en México en las últimas horas son jesuitas, debido al asesinato de dos sacerdotes, que pertenecían a esa orden religiosa, en el estad de Chihuahua.
Por ello, te damos todos los datos que debes conocer sobre los jesuitas en México, el cual es una de la ordenes más arraigadas en nuestro país.
¿Quiénes son los jesuitas?
Lo primero que podemos señalar al respecto es que el término jesuitas es la forma en que coloquialmente se llama a los integrantes de la Compañía de Jesús.
Los jesuitas son una orden religiosa de carácter apostólico y sacerdotal, aunque la conforman también religiosos no ordenados. La orden católica fue fundada en 1534 por el español Ignacio de Loyola. Actualmente es la mayor orden religiosa católica.
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Prestan un servicio a la comunidad en el ámbito educativo, social, intelectual, misionero y a través de medios de comunicación católicos. En México, varias de los colegios y las universidades privadas más reconocidas fueron fundadas por jesuitas,
La Compañía de Jesús es la mayor orden religiosa en la Iglesia Católica, se estima que atiende más de mil 250 parroquias en el mundo; el papa Francisco es el primer pontífice jesuita.
Breve historia de los jesuitas en México
A México arribaron los primeros 15 sacerdotes de esta congregación el 9 de septiembre de 1572. Los religiosos estaban bajo las órdenes del padre Pedro Sánchez, primer superior provincial de la Provincia Mexicana de la Compañía.
La congregación religiosa se estableció para finales del siglo XVI en Ciudad de México, Pátzcuaro, Oaxaca, Puebla, Valladolid (actual Morelia), Zacatecas y Guadalajara, en donde han fundado colegios e iniciado ministerios pastorales. También han iniciado misiones en las regiones de Sinaloa, Durango, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí.
Su llegada a la Sierra Tarahumara, región donde se ubica Cerocahui, poblado donde fueron asesinados los sacerdotes, ocurrió durante el siglo XVII y XVIII.
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Los jesuitas vivieron un periodo de incertidumbre cuando en 1767 el monarca español Carlos III decretó la expulsión de los cerca de 5000 jesuitas que se encontraban en todos los territorios bajo su autoridad.
La medida obedeció a que la corona sentía a la orden como una amenaza para la consolidación del poder absoluto del monarca; aparentemente los jesuitas representaban una influyente corporación religiosa con gran incidencia en la vida educativa, social, política y espiritual en sus Estados.
Se refieren que los sacerdotes jesuitas mexicanos se exiliaron en Bolonia y los Estados Pontificios.
Sin embargo, en 1773 el Papa Clemente XIV decidió suprimir la Compañía de Jesús; pero los jesuitas mexicanos siguieron sus trabajos y en su exilio lograron escritos notables de carácter historiográfico, científico, estético, filológico, literario, filosófico y teológico.
En agosto de 1814 el papa Pío VII restaura la Compañía de Jesús en la Iglesia universal, los jesuitas son restablecidos en México en mayo de 1816.
Jesuitas perseguidos
Tras las guerras de Independencia y los primeros años de independencia, los jesuitas pasan por períodos de clandestinidad, dispersión y persecución (expulsión del territorio nacional de algunos de ellos).
Es hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX que los jesuitas comienzan a consolidar en el país su presencia, tanto en número como en diversidad de acciones apostólicas fundando nuevas residencias, varios colegios, universidades, misiones e instituciones pastorales, culturales y de investigación y promoción social.
Una de las universidades jesuitas más reconocidas en el país es el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), con sede en Guadalajara.
También destacan por desarrollar su misión en Tijuana, Nogales, Chihuahua, Sierra Tarahumara, Torreón, Parras, Monterrey, Tampico, Guadalajara, Puente Grande (Jalisco), Ciudad Guzmán, León, Ciudad de México, Puebla, Oaxaca, Jaltepec (Oaxaca), Tatahuicapan (Veracruz), Huayacocotla (Veracruz), Mérida, Arena (Chiapas), Bachajón (Chiapas), Frontera Comalapa (Chiapas).
Padre Pro
Miguel Agustín Pro Juárez (1891-1927) fue un sacerdote católico que murió fusilado durante la persecución contra la Iglesia del presidente Plutarco Elías Calles.
En julio de 1926, el gobierno mexicano suprimió todo culto público y cerró las iglesias. Todo sacerdote se convirtió en un criminal acosado. Este episodio es conocido como la guerra cristera.
El padre Pro siguió en secreto con su ministerio. Organizó puntos de encuentro en diversas partes de la Ciudad de México que visitaba con regularidad para predicar y administrar los sacramentos.
El 13 de noviembre, alguien intentó asesinar al general Álvaro Obregón con una bomba que explotó sin hacerle daño. Ni el P. Pro ni sus hermanos estaban implicados en el complot, pero uno de ellos había vendido, pocos días antes, un coche que alguien había usado en el atentado. Los hermanos Pro decidieron que sería más seguro dejar México y marchar a los Estados Unidos, pero antes de su partida la policía rodeó la casa en que se encontraban y les arrestó a los tres. El verdadero cerebro de la conspiración, Luis Segura, se entregó a la policía al oír que el P. Pro había sido arrestado acusado del intento de atentado. Pero el presidente Calles quería dar un escarmiento a través del jesuita, aunque el verdadero responsable del crimen estuviese bajo custodia. El día 22 de noviembre invitó a sus amigos a una ejecución especial, que tendría lugar al día siguiente.
El 23 de noviembre los soldados escoltaron a Pro hasta el interior del patio de la prisión. Al ver a los circunstantes y al pelotón de fusilamiento, pidió unos momentos para orar, y, al ofrecérselo, rehusó que le vendaran los ojos. Con el rosario en sus manos se mantuvo de pie frente al paredón y extendió sus brazos en forma de cruz. Cuando se dio la orden de fuego, gritó en alta voz, “¡Viva Cristo Rey!”.
El padre Pro fue beatificado el 25 de septiembre de 1988 por el Papa Juan Pablo II.
¿Qué pasó en Cerocahui?
Los hechos violentos ocurrieron el lunes 20 de junio. El ataque se presentó luego de que un hombre intentó resguardarse en una iglesia de un ataque entre grupos armados, sin embargo el victimario lo agredió en el interior, al igual que a dos sacerdotes que se encontraban también en el templo.
Uno de los sacerdotes fue asesinado cuando se acercó al hombre que buscó refugio, para brindarle auxilio físico y espiritual. El segundo sacerdote fue acribillado cuando se acercó al sicario e intentó calmarlo.
La Fiscalía de Chihuahua confirmó que el ataque ocurrió alrededor de las 18:00 horas del lunes.
Los agresores se llevaron los cuerpos de las víctimas. Por lo que la Compañía de Jesús exige el esclarecimiento de lo ocurrido y pide que sean recuperados los cuerpos de ambos sacerdotes asesinados.