¿Dónde y cuándo? Estados nacionales | Aprende en Casa 3

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En la clase de Historia de primero de secundaria, se tratará el tema: “¿Dónde y cuándo? Estados nacionales”, con el que reconocerás los principales procesos y acontecimientos mundiales de mediados del siglo XIX a mediados del XX.

En esta sesión se abordará un tema perteneciente a la asignatura Historia 1, en el que se ubicará temporal y espacialmente a los Estados nacionales, particularmente el proceso de consolidación de los Estados nacionales en Europa y su relación con los procesos de unificación de Italia y Alemania y con la disolución de los imperios austrohúngaro y otomano.

Inicia el tema de hoy revisando la sección “Leer para conocer”, con la lectura de un fragmento del artículo escrito por Miguel Grijalva Uche, sobre la crítica que hace el filósofo y escritor español Fernando Savater sobre la cuestión del nacionalismo. 

“En el siglo XIX va a aparecer con una fuerza incontenible, el fenómeno nacionalista que, a la larga, transformará la vieja Europa. El Antiguo Régimen previo no subrayaba las peculiaridades nacionales que diferenciaban a unos países de otros. El nacionalismo, por la influencia de las ideas de libertad y nación de la Revolución francesa por un lado y del Romanticismo por otro, surgirá en ese momento como una fuerza potente haciendo que las naciones sometidas a otros estados luchen por sacudirse su dominio y lograr su independencia, y en los casos en que la nación esté dividida, lo hagan por lograr su unidad. 

Una tercera manifestación se da en las naciones ya unidas (Francia, Gran Bretaña…) en donde el nacionalismo va a ser el soporte de un proceso de expansión territorial que llevará a la ocupación de territorios lejanos y a la formación de los imperios coloniales a finales del siglo XIX y principios del XX. 

El Romanticismo que surge en el siglo XIX, como corriente filosófica y literaria en Alemania, supone la negación de la Ilustración y de su principio clave: la razón. Para los románticos hay muchas cosas que no pueden ser entendidas por la razón y la ciencia. Por otro lado, se considera que el Romanticismo nació como defensa del sentimiento y de la imaginación frente a la razón, el análisis y la especulación, pero sin los cuales no hubiera podido existir. Así, el Romanticismo ha sido presentado como el conjunto de movimientos intelectuales que a partir de fines del siglo XVIII hicieron prevalecer el sentimiento sobre la razón y la imaginación por encima del análisis crítico. Subrayan la peculiaridad de las personas y las singularidades de naciones y pueblos y el ahondar en esas peculiaridades lleva al nacionalismo a la consecución de la libertad o independencia de la nación. Darán mucha importancia a la lengua como base de la nación, como principal rasgo que une a todos sus componentes”. 

Hasta aquí la lectura. 

¿Qué te pareció? 

Como leíste, el nacionalismo fue una ideología asociada a movimientos de liberación nacional, pero también ligada al romanticismo. 

  • ¿Qué manifestaciones del nacionalismo identificas en la lectura?

  • ¿Cuál es la relación del nacionalismo con el romanticismo?

  • Para ti, ¿qué es una nación? 

Comenta tu reflexión con tus familiares. Se reitera que en la vida es fundamental “leer para conocer”. 

Es importante iniciar diciendo que un Estado-Nación se integra por su población, su territorio y su gobierno. Identifica esos elementos en las siguientes imágenes:

Una de ellas no pertenece a las características mencionadas, ¡seguramente ya la identificaste! 

¿Qué otros elementos identificas en la actualidad en una Nación?

También los símbolos patrios, como el himno nacional, escudo y la bandera representan el amor a la patria, la construcción de una nación y la esperanza de un futuro. 

El sentimiento nacionalista se hizo cada vez más presente en lo cotidiano porque la idea de pertenecer a una comunidad permitió que naciones que antes estaban divididas en muchos reinos se unificaran en Estados nacionales. 

Pero para que te guíes a lo largo de la sesión, se sugiere considerar las siguientes preguntas: 

  • ¿Cuál era la situación de las monarquías en Europa a mediados del siglo XIX?

  • ¿Qué influencia tuvo el nacionalismo y el romanticismo en la conformación de los Estados nacionales? 

Antes de comenzar, observa la línea del tiempo para ubicar este proceso histórico.

Después de revisar la línea del tiempo. Se pude decir, que, con el fin del absolutismo y las revoluciones burguesas, se gestaron nuevos conceptos liberales como el de la soberanía popular, en donde la unidad nacional ya no recaía en la figura de los reyes, sino en los valores nacionales inspirados en el sentido de pertenencia e identidad de los pueblos. 

Durante las primeras décadas del siglo XIX, el nacionalismo fue una ideología asociada a movimientos de liberación nacional, como la lucha de checos y húngaros contra el dominio del imperio austriaco. En la segunda mitad del siglo XIX, el nacionalismo se relacionó con los intereses de la burguesía, grupo social que se benefició del poder político adquirido. 

Alrededor de 1870 el nacionalismo se convirtió en un movimiento que enaltecía la historia, la lengua, la religión y la cultura compartida por un pueblo, para fortalecer sus lazos de unidad. También se relacionó con los intereses imperialistas, lo cual fomentó la rivalidad entre las naciones, dando paso a los conflictos que desencadenó años después la Primera Guerra Mundial

La uniformidad cultural comenzaba a cobrar fuerza, el arraigo en costumbres, tradiciones, hábitos y lenguaje que identifican a un pueblo en un contexto histórico permitió la delimitación del poder del Estado en todos los ámbitos, que, junto con el surgimiento de la burguesía y el capitalismo, fortaleció la idea de Nación como unión para todos los ciudadanos que habitaban. 

El nacionalismo estuvo ligado al romanticismo, el cual se extendió por Europa a principios del siglo XIX; fue un movimiento basado en la exaltación de los sentimientos como reacción contra la razón promovida por la Ilustración como único medio para conocer la verdad. Al respecto, un romántico alemán expresó: “Fue mi corazón el que me aconsejó hacerlo, y mi corazón no puede equivocarse”.

El romanticismo exaltó el sentimiento y la emoción. Se expresó en la música, la poesía, la novela y, además, nutrió el nacionalismo. Desde entonces lo joven se asoció con ideales como la pasión, la emotividad y la rebeldía, idea que ha llegado hasta estos días. 

Observa el siguiente video donde reconocerás la relación entre estos procesos y la manera en que se manifestaron en la unificación de los países. 

  • El nacionalismo y romanticismo.

 

Revisa del tiempo 00:20 al 04:40. 

Como pudiste ver y escuchar, el nacionalismo es una toma de conciencia que generan las naciones acerca de sus costumbres y tradiciones que las identifican y a la vez las distinguen de otras culturas. 

Así, países como Francia, Inglaterra, España, Portugal, Italia y Alemania se consolidaron como estados nacionales

Sin embargo, también se formaron Estados multinacionales, los cuales ejercieron su dominio sobre diversos pueblos con identidades diferentes. Los imperios austrohúngaro y otomano fueron Estados multinacionales. Además de los valores culturales, el nacionalismo ayudó a forjar nuevos Estados, contrarrestando los brotes liberales o revolucionarios. Sin permitir la intromisión extranjera en asuntos internos. 

Más adelante se convirtió en el sustento del engrandecimiento del estado, al basar sus argumentos expansionistas en la defensa de los intereses de la patria, al tiempo que realizaba la expansión territorial. 

En la siguiente tabla, observa las características de estos Estados, llamados nacionales, y recuerda que, al inicio de la sesión, se mencionó que compartían cultura, historia y lenguaje común.

También, puedes observar en este periodo la presencia de los Estados multinacionales, donde coexisten pueblos con culturas y lenguas distintas, que en ocasiones entraban en conflictos por razones de orden racial o religiosa. 

Durante el último tercio del siglo XIX algunos Estados multinacionales vivieron un proceso de disolución, como el caso del imperio austrohúngaro y el imperio otomano, mientras que otros países se unificaron, como Italia y Alemania. 

Alemania e Italia eran estados compuestos por muchos otros estados de distintos tamaños, cada uno con su propio gobierno. 

Tanto en los Estados nacionales como los multinacionales, los pueblos demandaron el derecho a decidir por sí mismos su forma de gobierno, exaltando las virtudes de su cultura original. 

Este nacionalismo impulsó los procesos de unificación de Italia y Alemania. 

El país que ahora es Italia estaba conformado por el reino de las Dos Sicilias, los Estados Pontificios, el reino Lombardo, Venecia, el gran ducado de Toscana y los reinos de Piamonte y Cerdeña. 

Cada uno tenía su propio gobierno, aunque la mayoría estaba bajo la influencia del imperio austrohúngaro, lograron unificarse y terminar con su presencia en la península entre 1850 y 1870. 

En la región sur del territorio Giuseppe Garibaldi comenzó otra fase de unificación al derrocar a la familia reinante Borbona y conquistar Sicilia, Nápoles, Parma y Módena. Garibaldi se convirtió en un héroe nacional por su participación en la lucha armada para lograr la unificación de los Estados italianos, que, tras un largo y difícil proceso, se concretó en 1870, adoptando una monarquía constitucional. 

Alemania, al igual que Italia, estaba conformada por un conglomerado de Estados independientes. El más fuerte de éstos era Prusia, que encabezó los primeros intentos de unificación a mediados del siglo XIX. 

Guillermo I, rey de Prusia nombró a Otto von Bismarck como jefe de estado quien se encargó de reunir a todos los estados germánicos del norte en un proyecto de expansión territorial e industrialización de la economía. 

Como los reinos alemanes del sur se negaron a anexarse a Prusia y pidieron apoyo militar y político al emperador francés Napoleón III, en 1870 se inició la guerra franco– prusiana, que terminó en menos de un año con la derrota de Francia y la unificación alemana. En 1871, el rey Guillermo de Prusia fue proclamado emperador de Alemania. A partir de ese momento, la industrialización de Alemania creció rápidamente y se desarrolló una agresiva política imperialista. 

Los Estados multinacionales, por su parte, también sufrieron cambios importantes, pero en sentido contrario al de Italia y Alemania. En lugar de consolidarse se disolvieron, ya que aún existían regímenes absolutistas o con tendencias a esa forma de gobierno, como fue el caso de los imperios otomano y austrohúngaro. Éstos habían impuesto su dominio sobre pueblos con distintas culturas, por lo que se les conoce como Estados multinacionales. 

Por ejemplo, la disolución del imperio austrohúngaro. Este imperio se formó con poblaciones de diverso origen: polacos, rumanos, checos, húngaros, alemanes, ucranianos y otros más, dentro de un mismo espacio, esto complicó la administración política de la región, ya que cada grupo pedía reconocimiento a su individualidad, ocasionando enfrentamientos continuos. 

Las diferencias culturales ocasionaron gran cantidad de problemas, mismos que empeoraron con las posteriores anexiones de Bosnia-Herzegovina y Albania. Los problemas fronterizos y las diferencias de desarrollo económico dentro del territorio conducían a su inminente desaparición. 

También el imperio otomano albergaba a personas de varias nacionalidades: búlgaros, serbios, griegos, armenios, árabes y turcos, quienes tenían reclamos similares de independencia, autonomía y participación política. 

Además, a esta variedad de nacionalidades se le agregaba la existencia de dos religiones: la cristiana y la musulmana. 

La estructura imperial turco-otomana era antiquísima e impidió el desarrollo económico e industrial de los territorios otomanos a la par de lo que estaba sucediendo en Europa. 

El surgimiento de nacionalismos europeos significó el inicio de la desintegración del imperio otomano a principios del siglo XIX, así como las constantes tensiones con países vecinos como Rusia, le hicieron perder los territorios de Rumania y Bulgaria. 

Los territorios de los Balcanes se independizaron y, posteriormente, la invasión austriaca en 1878 le hizo perder territorios como Bosnia y Herzegovina. 

En esta sesión aprendiste que los procesos políticos experimentados en Europa a lo largo del siglo XIX, incrementaron la autoridad del Estado de forma importante, sumada al ímpetu de distintos grupos nacionalistas, ligados al romanticismo, y que estos procesos permitieron la aparición de países como Italia y Alemania. 

En tanto, el mismo nacionalismo actuaría en contra de los imperios débiles, como el austrohúngaro y el otomano, y terminaría por aniquilarlos en la década de 1910. 

Pero lo más importante es que aprendiste que la existencia de diversos grupos en un mismo espacio no siempre es cordial. 

Con relación a lo anteriormente descrito, reflexiona sobre la importancia del respeto y la tolerancia que debe existir entre los individuos para lograr una sana convivencia armónica. 

Con todo lo anterior se pueden retomar las preguntas que se plantearon al inicio de la sesión y reflexionar sobre ellas. Estas preguntas eran: 

  • ¿Cuál era la situación de las monarquías en Europa a mediados del siglo XIX?

  • ¿Qué influencia tuvo el nacionalismo y el romanticismo en la conformación de los Estados nacionales? 

Has concluido el tema del día de hoy. No olvides que este tema lo podrás encontrar en tu libro de texto en el Bloque 2. 

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