Historia del cadáver de Maximiliano de Habsburgo

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La tercera edición de Word Fest 3.0 ha logrado colocarse en el gusto del público, ya que comprende actividades que se realizan en redes sociales, como fue la presentación de “Historia del cadáver de Maximiliano”.

Narrado por Alejandro Rosas, acompañado de dibujos de Alejandro Magallanes, este relato ilustrado en tiempo real, que se transmitió por la página de Facebook de la Secretaría de Cultura y Deporte del gobierno del Estado de México, cautivó al público.

Alejandro Borrego, diseñador de tecnologías digitales y en esta ocasión coordinador de la actividad, afirmó que Alejandro Rosas, divulgador de la historia y escritor, desde hace 31 años, habla con los muertos y a partir de eso trae historias de nuestro México.

“Magallanes es diseñador gráfico y su especialidad es trabajar con las letras y las imágenes; durante muchos años ha ilustrado libros, ha hecho campañas publicitarias, es un diseñador gráfico de primer nivel; para mayor referencia es el autor de la gran mayoría de portadas de libros de Almadia, tan características y creativas”, refirió Borrego.

Historia del cadáver de Maximiliano 

El relato ilustrado se desarrolló con una dinámica amena y muy divertida, mientras Rosas, con su peculiar estilo, contaba que “eran las siete de la mañana del 19 de junio de 1867, había caído el imperio de Maximiliano, Miramón y Mejía, y fueron condenados a muerte”, mientras que Magallanes compartió su pantalla en Zoom y comenzó a dibujar a los personajes citados. 

Miramón y Mejía fueron puestos en el féretro y cuando colocaron a Maximiliano se dieron cuenta de que su estatura sobrepasaba el límite del diseño y esto ocasionó que sobresalieran sus pies; posteriormente fue llevado al convento de Las Capuchinas, en calidad de difunto, y fue el doctor Vicente Licea quien realizo el embalsamamiento, tiempo después fue acusado de intentar lucrar con los órganos, vísceras y sangre del emperador.

Conforme transcurría esta historia, Alejandro Magallanes fue ilustrando, con imágenes llenas de color y acordes al relato, los momentos que pasó este emperador al tiempo de su muerte, acompañado de sus dos compañeros.

Entre los relatos macabros sobre la muerte de estos personajes, figura uno en el que la esposa de Mejía no tenía dinero para enterrarlo y lo tuvo sentado seis meses en la puerta de su casa; estaba tan bien embalsamado que duró tanto tiempo hasta que Benito Juárez le dio dinero para que le diera sepultura.

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