Como resultado del sismo del 19 de septiembre de 2017, al menos 52 escuelas en el municipio de Ocuilan resultaron dañadas, con pérdidas totales y parciales. A un año del siniestro, estas instituciones esperan que inicie su proceso de reconstrucción.
Mientras tanto, alumnos de educación básica toman clases en aulas móviles instaladas por el gobierno del Estado de México y en salones provisionales que la misma comunidad construyó para que los niños no perdieran el ciclo escolar.
María Dolores Contreras, profesora de la telesecundaria José María Velasco, de la comunidad de Santa Lucía, señaló que “a partir de que nos incorporamos a clases, tuvo que ser en las cabañitas, porque no teníamos esto, sólo el espacio grande y estas cabañitas”.
Dijo que “se trabaja en ellas, es muy difícil, porque el espacio es muy pequeño, el número de alumnos en algunos grupos es más grande que el espacio, por ejemplo, el grupo de segundo año son muchos alumnos”.
Apenas una semana después del siniestro, los pobladores se organizaron para construir 22 salones de clase temporales y coordinación con el comisariado de bienes comunales de la localidad de San Juan Atzingo, consiguieron la madera.
“Los padres de familia y la comunidad si cooperaron muchísimo y pues ellos fueron los que se organizaron en un inicio y construyeron, prácticamente fue trabajo de ellos, la construcción y apoyo de muchas instituciones, vinieron mucha gente a ayudarles, fundaciones y demás”, recordó Dolores Contreras.
Tan sólo en las dos escuelas de esta localidad del municipio 270 alumnos de primaria y 64 de secundaria resultaron afectados tras dañarse las instalaciones educativas.
Fue hasta los últimos días de octubre cuando los alumnos se instalaron en los salones de madera que no superan los diez metros cuadrados. Cada uno de los cinco grupos de la telesecundaria tiene entre 10 y 24 estudiantes; ellos mismos ayudaron a rescatar el mobiliario (bancas, pizarrones) y lo trasladaron a sus nuevos salones.
Aunque la vista la escuela es atractiva por el extenso patio empastado y la expresiva estética de las cabañas, el trabajo dentro de ellas no ha sido fácil en estos diez meses, pues alumnos y maestros padecen de las inclemencias del clima y la falta de seguridad, incluso el director tiene que transportar diariamente la computadora de escritorio de su oficina.
“Es muy difícil el trabajo, hace mucho frio, no tenemos materiales dentro de las aulas para trabajar, tenemos que traer constantemente porque no se puede dejar absolutamente nada”, afirmó la profesora.
En esta escuela, las aulas móviles del gobierno del estado no pudieron utilizarse; en primera instancia porque el techo se volaba con los vientos, luego, en la temporada de lluvias se filtraba el agua y tenían que limpiarlas y secarlas cada mañana, sin embargo, por unas adecuaciones que les hicieron en las puertas, esta tarea resultó imposible.
“Es telesecundaria, sin embargo, no tenemos televisiones ni nada, no se puede, las aulas son muy inseguras, hay goteras, cuando llueve.
“Las aulas que están aquí, que son las provisionales también están inundadas, se llenan todas de agua, entonces no podemos utilizarlas, en un principio pusieron un tejado plano que con un pequeño tornado se volaron”, señaló Dolores Contreras.
Por los muros rotos y la estructura dañada, la telesecundaria José María Velasco fue demolida. En el lugar donde se encontraba, hoy sólo se observan escombros y varillas salidas de lo que fueran sus trabes.
“Hasta ahorita no tenemos nada seguro, nos han comentado que van a iniciar (trabajos) a partir del 20 de septiembre y básicamente es lo único que conocemos”, aseveró la profesora.
Al respecto, el alcalde de Ocuilan, Félix Linares González declaró que el 98 por ciento de las escuelas afectadas por el sismo, ya cuenta con recursos para iniciar el proceso de reconstrucción.
“La cuestión de las escuelas hoy hasta este momento tenemos un 98 por ciento que ya están licitadas, tienen recursos, incluso están asignadas esos recursos a empresas específicas”, aseguró.
Detalló que el reporte final en el municipio fue de 26 escuelas con pérdida total, 26 parcial y 50 sin daños.
“De esas 26 hablemos de un cuatro por ciento que ya están terminadas; de un 99 por ciento que ya están licitadas y que ya están propiamente asignadas a una empresa específica. Las que están en semáforo amarillo la mayoría ya tienen presupuesto para su rehabilitación”, comentó.
Linares González manifestó que aunque los trabajos de reconstrucción de las escuelas están por comenzar, se considerará que las necesidades están satisfechas cuando los trabajos concluyan en un 100 por ciento en todos los planteles.
“La gente mientras no vea que sus hijos están en un aula ya bien hecha, de materiales industrializados, cómodos, a salvo de cualquier peligro, con sus cercas bien hechas seguirán en la incertidumbre de si vienen o no vienen (los recursos); y cuando veo que empieza a surgir algún brote en ese sentido de incertidumbre, acudimos a la comunidad y ya les explicamos”, subrayó.
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