Rodeado de una exuberante belleza natural y un ambiente colonial, el espera a los visitantes para adentrarlos a su historia y descubrir cada uno de los secretos que guardan sus sitios.
Y es que en 1931 la historia de la comunidad otomí San Luis de las Peras quedó sepultada, cuando se inundó para crear la presa Taxhimay y abastecer de agua al estado de Hidalgo, sin embargo, hoy es un importante sitio turístico del Pueblo Mágico Villa del Carbón.
Además de apreciar la torre y cúpula de la iglesia que perteneció a este poblado, en la presa los visitantes pueden realizar recorridos en un barco colectivo y lanchas individuales, así como disfrutar de una deliciosa trucha.
Ubicada en la ahora comunidad de San Luis Taxhimay, cuando los niveles del agua descienden, los lugareños y turistas contemplan las ruinas de este pueblo, entre ellos el templo y la Hacienda de Javier Rojo Gómez que ahí se situaban.
Debido a la tranquilidad y el aire puro que se respira en las tres presas, así como sus calles empedradas, Villa del Carbón recibe a un gran número de turistas de todas las edades, entre los que destacan adultos mayores.
Además, familias completas y grupos de amigos, también acuden a la presa del Llano, un lugar muy visitado porque se ubica a 18 minutos del centro del municipio y cuenta con 26 cabañas ecológicas, tirolesa, paseo a caballo, renta de lancha de remos, zona de campismo y restaurantes que ofrecen gastronomía típica.
Pasar un día agradable también es posible en la Presa Benito Juárez, donde se llevan a cabo actividades como cabalgata, caminata, pesca deportiva, paseos en cuatrimotos.
Por el centro histórico de esta localidad se puede caminar por las calles empedradas y admirar las casas hechas de adobe decoradas con tejas rojas; además visitar la Parroquia de la Virgen de la Peña de Francia y la casa cultura, cuya construcción es de estilo neoclásico y data del siglo XVII.
Para los que quieran llevarse un recuerdo de Villa del Carbón, deberán acudir al Mercado de Artesanías, el cual fue construido a finales del siglo XIX y se encuentra en la calle Allende de este municipio mexiquense.
La tradición charra está muy arraigada en esta comunidad y es por ello que durante la estancia se recomienda conocer esta actividad que llega a México en la época prehispánica y que se puede disfrutar en el Lienzo Charro Cornelio Nieto, muy cerca de la cabecera municipal.
En el callejón de la buganvilia se puede degustar del típico rompope en diversos sabores, mientras que en los diferentes establecimientos de la zona centros de las cervezas elaboradas artesanalmente en este Pueblo Mágico.
La mayoría de los habitantes se dedican a la curtición de la piel, por ello, en la calle principal de Villa se encuentran un gran número de tiendas donde se pueden encontrar desde botas, chamarras, chalecos, billeteras, bolsas, zapatos, entre otros.
Hay más de 100 talleres, donde también trabajan con pieles exóticas, desde ternera, becerra, venado lagarto, víbora, tiburón mantarraya, cocodrilo y conejo.
Villa del Carbón se encuentra muy cerca a la capital mexicana y es uno de los pueblos mágicos del Estado de México ideal para refugiarse del ajetreo que se vive en la ciudad, convivir con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad que se siente sus pintorescas calles.
Las personas que deseen adentrarse a la historia de Villa del Carbón, desde la Ciudad de México pueden abordar el transporte público en los paraderos de las estaciones del Metro Politécnico y El Rosario, que los trasladan directamente al centro de este municipio.
Para quienes utilicen el automóvil particular deberán circular por Anillo Periférico Norte, desviarse en Atizapán de Zaragoza, continuar por Villa Nicolás Romero y después ingresar a la carretera estatal 5 hasta Villa del Carbón.