Con el objetivo de plantar 18 mil 400 árboles en diferentes espacios académicos, inició la Campaña de Reforestación 2018 de la Universidad Autónoma del Estado de México.
En el inicio de esta actividad, en el Campus “El Cerillo”, el rector Alfredo Barrera Baca afirmó que de 2005 a 2017 la comunidad auriverde plantó 441 mil 675 árboles, con la finalidad de fortalecer su carácter humanista, que se complementa y expresa con acciones orientadas al cuidado del ambiente, para generar un ecohumanismo o un humanismo ecorresponsable.
Acompañado por el secretario de Rectoría, Luis Raúl Ortiz Ramírez, y los directores de las facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Roberto Montes de Oca Jiménez, y Ciencias, José Guadalupe Anaya Ortega, así como el director del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales, Francisco Herrera Tapia, Barrera Baca detalló que como parte de esta campaña se plantarán cedros blancos y pinos ayacahuites.
“Para la comunidad universitaria es sumamente gratificante poner recursos, inteligencia y corazón en esta noble tarea de repoblar forestalmente nuestros suelos, lo cual es una realidad constatable”.
Alfredo Barrera Baca refirió que la sociedad tiene una relación cada vez más compleja con la naturaleza. “Los humanos no nos resistimos a depredar y lucrar con espacios naturales sin respetar su existencia y salud”.
En el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica, el rector Alfredo Barrera Baca realizó un recorrido por diversos espacios del Campus “El Cerrillo”, como el Bordo “Las Maravillas”, el Hospital Veterinario para Grandes Especies, el Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales y las facultades de Ciencias Agrícolas y Medicina Veterinaria y Zootecnia, donde dialogó con especialistas en las diferentes áreas sobre la necesidad de impulsar trabajos para la protección del bordo como reserva natural, la potabilización de agua pluvial e incentivar la producción agrícola.
Por su parte, el director de Protección al Ambiente de esta casa de estudios, Raúl Vera Noguez, puntualizó que anualmente un árbol enfría lo que diez sistemas de aire acondicionado juntos y ayuda a infiltrar agua al subsuelo, pues absorbe cerca de tres mil litros, lo que contribuye a evitar la erosión.
Además, mencionó, los árboles y los bosques eliminan cerca de 30 por ciento de los gases de efecto invernadero y al año, un árbol retiene más de 28 kilogramos de carbono presente en el aire.
En su momento, el director de la Facultad de Ciencias Agrícolas, Edgar Jesús Morales Rosales, sostuvo que la reforestación surge como alternativa para estimular una conciencia ambiental en la población en general y en los productores agropecuarios en particular.
“A nivel rural se contribuye al equilibrio de los ecosistemas, de la biodiversidad y de los recursos naturales y es posible minimizar los efectos del calentamiento global. En las zonas urbanas urge cuidar los árboles y plantar donde haga falta”, concluyó.
