Este 2 de febrero se conmemora el Día de la Candelaria y los mexicanos los festejamos con una buena dotación de tamales.
La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli, que significa envuelto. Este plato es de origen Mesoamericano, donde era muy comunes. En su obra “Historia general de las cosas de la Nueva España”, fray Bernardino de Sahagún escribió:
“Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados… Otros tamales comían que son colorados…”.
En México hay muchas variedades de tamal, los cuales se pueden clasificar por su envoltura, tamaño, ingredientes o relleno.
Hay tamales que son un clásico, como los de mole, los de salsa verde, piña, dulce o rajas envueltos en hojas de maíz. También son muy solicitados los tamales oaxaqueños que van cubiertos por hoja de plátano.
Las innovaciones también han alcanzado a este platillo tradicional; existen lugares donde hacen tamales exóticos, como el tamal de Gansito, tamal de Carlos V, tamal de pizza, de Nutella, de zarzamora con queso, entre muchos otros sabores.