El siglo pasado nos trajo buenas y malas cosas en México. La Revolución Mexicana, los primeros años de paz en México, la muerte de un presidente cuando fue reelegido, entre otras cosas.
Uno de estos hechos que marcaron a la república fue la creación de la Secretaría de Educación Pública cuyo primer titular fue José Vasconcelos esto en 1920.
Después de estar cuatro años al frente, José Vasconcelos dejó el cargo e hizo sus pinos en la política mexicana sin embargo no logró uno de sus objetivos principales ser presidente de México, asi que se exilió por varios años.
En ese tiempo el cine empezaba a tener sus grandes figuras.
Debido a esto, WikiMéxico relata un historia poco conocida del extitular de Educación “para 1944, Tin Tan ya triunfaba en los escenarios y en la pantalla grande, y revolvía el inglés, el slang y el español con tan singular alegría, que no tardó mucho en ser objeto de las críticas por parte de los intelectuales puristas que no soportaban tanta mancilla al buen español.
Prosigue: “Uno de sus detractores más fuertes, fue nada más y nada menos que José Vasconcelos. Había regresado de un largo exilió a finales de 1938; su carácter se había amargado porque seguía pensando que el partido oficial le había arrebatado la presidencia en 1929, y no se cansaba de despotricar contra los regímenes surgidos de la revolución, contra la cultura, contra los intelectuales, contra los escritores, contra los políticos… contra todo y contra todos.
Además resalta “a partir de 1941 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional y desde esa trinchera arremetía contra propios y extraños y en su camino se topó con Tin Tán. Desde el periódico Novedades dedicó varios chorros de tinta en no pocas columnas para criticar al cómico por usar una “legua desnacionalizada” y acusarlo de “pochismo lingüístico”.
La polémica no se hizo esperar, y en defensa del Pachuco de oro levantó la pluma Salvador Novo, quien publicó en el mismo Novedades la siguiente sentencia: “los vitupeadores de Tin Tan yerran el tiro. El buen señor es un efecto no una causa, de una corrupción más grave que simplemente lingüística. Nos molesta porque mientras Cantinflas es la subconsciencia de México, Tin Tan es su incómoda conciencia”.
¿Cómo les quedó el oclayo, batos? Después, Salvador Novo y Tin Tan se hicieron tan amigos, que hasta se les vio desayunar juntos, varias veces, en el Hotel Reforma.
Cabe destacar que José Vasconcelos se quejaba de esto: “Ah, pero qué mené, carnalita, a mi la plática me destorlonga”; “ese jefito, ¿cómo le babea?… ta’ suave, jefe, ta’ suave, ¿cómo se ha centígrado?”; “dispense, sabe que esta chompeta me falla un poquitín”; “es que usted no apaña rhythm, jefe, usted nació con el audífono muy durazo”, “wachelo efectivamente”; “yo ya sé draivearme solo”; “dos cerbatanas bien elodias, una clara y otra campechana”…”