Las puertas de la 22a. Zona Militar se abrieron para recibir a José Javier y César Emanuel, dos pequeños mexiquenses que padecen cáncer, y quienes cumplieron su sueño de convertirse en soldados honorarios por un día, además de conocer las actividades que realizan los integrantes de las fuerzas armadas, subirse a los vehículos del Ejército Mexicano y ver un adiestramiento canino, actividades que al final del recorrido les dejó una gran sonrisa en el rostro.
Los pequeños hicieron honores a la Bandera, y por primera vez pasaron lista como integrantes de las fuerzas armadas. Posteriormente, dio inicio el recorrido por las instalaciones de la Zona Militar; César y José Javier se colocaron los cascos que utilizan los militares, conocieron las herramientas que se usan en el Plan DN-III para ayudar en desastres naturales, se subieron a una ambulancia y a los vehículos en los que se transportan los soldados.
Así estos pequeñitos que diariamente luchan para combatir el cáncer, lograron realizar su sueño, gracias al compromiso solidario y responsabilidad social que tienen el Ejército Mexicano y la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), esta última siendo el vínculo que trabaja para cumplir que las ilusiones de los niños se hagan realidad. Al final del día, los pequeños también recibieron un reconocimiento y botones conmemorativos, por su visita.
Las puertas de la 22a. Zona Militar se abrieron para recibir a José Javier y César Emanuel, dos pequeños mexiquenses que padecen cáncer, y quienes cumplieron su sueño de convertirse en soldados honorarios por un día, además de conocer las actividades que realizan los integrantes de las fuerzas armadas, subirse a los vehículos del Ejército Mexicano y ver un adiestramiento canino, actividades que al final del recorrido les dejó una gran sonrisa en el rostro. Los pequeños hicieron honores a la Bandera, y por primera vez pasaron lista como integrantes de las fuerzas armadas.
Posteriormente, dio inicio el recorrido por las instalaciones de la Zona Militar; César y José Javier se colocaron los cascos que utilizan los militares, conocieron las herramientas que se usan en el Plan DN-III para ayudar en desastres naturales, se subieron a una ambulancia y a los vehículos en los que se transportan los soldados.
Así estos pequeñitos que diariamente luchan para combatir el cáncer, lograron realizar su sueño, gracias al compromiso solidario y responsabilidad social que tienen el Ejército Mexicano y la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC), esta última siendo el vínculo que trabaja para cumplir que las ilusiones de los niños se hagan realidad.
Al final del día, los pequeños también recibieron un reconocimiento y botones conmemorativos, por su visita.