Tener fama en momentos donde las redes sociales parecieran ser el parámetro de ello en la vida de las personas, pareciera no ser un termómetro adecuado.
Ser popular o tener popularidad en tus redes sociales no necesariamente indica que entre tus conocidos ‘reales’ y dentro de las actividades que realizas, seas exitoso o una persona con ‘talentos únicos’
¿Y a qué viene lo anterior?
Porque Neil Hall, un genetista de la Universidad de Liverpool, desarrollo el llamado ‘Índice Kardashian’, que consiste en conocer la popularidad de destacados científicos, comparando su popularidad social, básicamente en Twitter y los trabajos de investigación que han realizados en sus campos de conocimiento.
¿Pero qué tiene que ver la Kardashian con los científicos?
Hall toma como parámetro de su estudio a la conocida ‘Celebrity’, porque a pesar de que nunca ha hecho nada trascendente, socialmente notable o destacado, goza de una importante popularidad en redes sociales y revistas del corazón, únicamente por el hecho de que cuando la fama no la conocía, tuvo un encuentro privado con un amigo que se difundió y que tras demandar a la empresa que dio a conocer el material, la jugosa ganancia que obtuvo, la catapultó a la fama y los reflectores de la farándula.
A partir de ahí, ya se presenta como diseñadora de modas, actriz, modelo, mujer de negocios y personalidad de los medios sociales y la televisión, aunque la realidad indica que su verdadero talento se basa en unir su nombre y popularidad a marcas que saben hacer del binomio ‘popularidad + glamour’ una ecuación exitosa.
Es por ello, que el científico inglés le da dicho nombre a su proyecto, para comparar el impacto especializado de un investigador (medido mediante el número de citas de sus publicaciones) con el impacto social del mismo investigador (medido mediante el número de seguidores en twitter).
Tomando una muestra de 40 investigadores que llevan un tiempo en la red social del pajarito, eliminado aquellas referencias iniciales de la Genómica que se han convertido en ‘clásicos’ y por eso son citados reiteradamente y ha establecido una correlación.
En el Índice ubica por encima de un valor de 5 a los científicos ‘kardashians’, aquellos que son famosos, tienen mucha presencia social, salen en programas de televisión o medios de comunicación pero que sus investigaciones no han sido tan relevantes o son mínimas.
En contraparte, debajo de ese parámetro se ubican los científicos infravalorados, cuya investigación es reconocida por sus colegas pero no por el público en general o que simplemente no tienen presencia en las redes sociales.
Finalmente, Neil Hall reconoce que su ‘Índice Kardashian’ no es del todo fiable, por las siguientes razones:
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Igual que los mejores científicos a veces son malos profesores, pueden ser un desastre en las redes sociales y viceversa.
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El perfil público y el número de seguidores se multiplica por la presencia en medios tradicionales, en particular la televisión, que a su vez busca a la gente popular. Kim Kardashian es un buen ejemplo. Es un factor enorme de distorsión.
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La mayoría de los científicos que están en twitter no tuitean exclusivamente ni siquiera mayoritariamente sobre sus propia investigación. Son las mismas personas pero duda que sean actividades paralelas. ¿A mayor investigación, mayor presencia en twitter, más seguidores? No lo cree.
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Sería interesante ver quiénes son los seguidores de los investigadores que además son profesores ¿Son sus propios alumnos? o ¿Suman una nuevas personas cada año?