En la memoria de muchos mexicanos yace el recuerdo de los desayunos escolares del DIF. Constaban de un pequeño cubo de leche acompañado de un mazapán o una palanqueta de cacahuate, empaquetados en bolsas de plástico listos para ingerirse por los estudiantes de nivel básico dentro de los salones de clase.
Pero, ¿cuál es la historia detrás de estos lunches? En 1929 una organización altruista La Gota de Leche distribuía una ración de lácteo entre los niños pobres de las zonas periféricas de la Ciudad de México.
El gobierno de México vio el esfuerzo altruista y decidió crear la Asociación de Protección a la Infancia (API) con el fin de ofrecer un desayuno frío a los escolares que atendía La Gota de Leche, le llamaron “Programa de Raciones Alimenticias”.
Entre 1935 y 1945 los desayunos escolares que se entregaban a los niños consistían en un cubo de 250 mililitros de leche entera, emparedado, huevo cocido y un postre.
El programa empezó a ser tan solicitado que en 1988 se distribuían 606 mil 700 de estos paquetes diarios, tan solo en la periferia de la ciudad de México.
Fue hasta 1989 cuando los desayunos escolares empezaron a entregarse más allá de la periferia. En ese año llegaron al DF, Hidalgo, Edomex y Tlaxcala; para 1990 se agregó a la lista el estado de Aguascalientes.
Al llegar 1991 la cobertura aumentó hasta Guanajuato y en 1993 vino la gran expansión del programa al llegar además a Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Ya para 1994 los desayunos empezaron empezaron a distribuirse en Chihuahua, Chiapas, Coahuila, Durango, San Luis Potosí, Tabasco, Zacatecas, Querétaro y Sinaloa. El año siguiente, es decir 1995, el programa ya abarcaba las 32 entidades del país.
Todo este crecimiento en la cobertura de los desayunos escolares no habría sido posible sin el surgimiento de instituciones que surgieron posteriores a la API, como son el Patronato de Protección a la Infancia en 1950, la cual se centraba en el combate a la poliomielitis.
Además del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), que fue la responsable de la planta operadora de desayunos escolares y finalmente el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia en 1997, la cual heredó todo el programa y lo maneja hasta la fecha.
De 1977 a 1997 los desayunos se generaban en una planta integradora de raciones alimenticias, que tras empacar los productos los enviaba a cada entidad a través de su red de distribución.
Pero al respecto el DIF indica “el modelo de operación no permitía la flexibilidad suficiente para considerar las diferencias en torno al consumo, así como los hábitos y cultura alimentaria de cada entidad. Además los costos de operación se elevaban, resultando ser un modelo de operación poco eficiente”.
Fue así como el modelo cambió y se compartió la responsabilidad con las diferentes entidades.
